La Asamblea General de Naciones Unidas sesiona esta semana. Líderes del mundo tuvieron conversaciones para convocar a una gran cooperación internacional en donde abordarían los grandes problemas de nuestros tiempos, en una tendencia multilateral.
Como era de esperarse, el COVID-19 y la crisis de cambio climático fueron los temas más relevantes. Pero el discurso del Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, del día jueves, fue un paso más allá y enfatizó la necesidad de combatir la corrupción, junto a las otras amenazas globales.
Hubo una gran aceptación de parte de la nueva administración norteamericana en la necesidad de tomar seriamente la anti corrupción. A pesar del avance en las urgentes medidas para resolver los vacíos legales en el sistema, el gobierno de americano debe cumplir un rol activo en impulsar la agenda anti corrupción global.
La corrupción es un problema internacional, que requiere soluciones globales. Es imposible el avance sin la cooperación internacional.
Ayer, tuvimos la oportunidad de sugerir a Samantha Power, administradora de la USAID, algunas de las mejores formas en las que podría lograrse este objetivo, durante una conversación directa coorganizada al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Achraf Aouadi, fundador de la organización tunecina I-Watch, que trabaja por la transparencia internacional y la lucha contra la corrupción , pidió mayores esfuerzos multilaterales dirigidos a fortalecer la democracia. “Sin democracia, luchar contra la corrupción es peligroso para las personas en primera línea”, destacó.
Nuestro vice presidente Rueben Lifuka argumentó que la cooperación internacional es crítica para ver un progreso en la lucha contra la corrupción sin fronteras.
“En nuestra perspectiva, los países donantes, en consulta con la sociedad civil, deberían también trabajar con instituciones internacionales de finanzas para desarrollar apropiadamente la transparencia, anticorrupción y medidas de responsabilidad, asegurando que los resultados de buena gobernanza que ofrecen sean validados.”
Estas palabras rigen mayor importancia tras las revelaciones de la semana anterior, que señalan la presión ejercida por oficiales del Banco Mundial hacia el staff, a fin de inflar el ranking de países en el ya desaparecido reporte de Doing Business.
Debido a sus presuntos esfuerzos para impulsar el ranking de China, la conducta de Kristalina Georgieva, actual directora gerente de la Fondo Monetario Internacional (IMF) y CEO del Banco Mundial, se ha tornado cuestionable.
Georgieva ha rechazado los hallazgos. A pesar de que las interpretaciones de los eventos podrían diferir, los investigadores han citado a Georgieva por haber dicho que actuó en interés del “multilateralismo”.
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